viernes, 29 de mayo de 2009

JUEVES CREATIVO de Alfredo VÍLCHEZ

CLUB DE LECTURA DE ZAMORA

Buenos días:

Os presentamos un reportaje emitido por Radio Televisión de Castilla y León el pasado mes de abril sobre nuestro Club de Lectura. Muchas gracias a Eva y Raquel por editarlo tan exquisitamente.

Todos hemos salido muy bien -salvo honrosas excepciones.

Para nuestro disfrute y memoria.

jueves, 21 de mayo de 2009

JUEVES CREATIVO de Alfredo VÍLCHEZ


miércoles, 20 de mayo de 2009

Libro de esta semana: EL ARTE DE AMAR de Erich FROMM


Buenos días a todos:

Esta semana entregamos el libro EL ARTE DE AMAR de Erich FROMM (1900, Frankfurt (Alemania) - 1980, Muralto (Suiza).

Retomamos con este libro un tema como el Amor que tratamos anteriormente, pero lo hacemos con la visión de un autor del pasado siglo y con una autoridad irrebatible.

Veremos de aprender -si cabe- a amar porque esto es algo que a todos nos interesa, y reconocer -si existen- los diferentes tipos de amor.

Un texto a la altura de nuestro placer por leer.

Que lo disfrutemos.

martes, 19 de mayo de 2009

Sesión 23: CARTA DE UNA DESCONOCIDA de Stefan ZWEIG


Buenos días a todos:

El pasado lunes, 27 de abril de 2009, tuvimos la sesión en la que comentamos CARTA DE UNA DESCONOCIDA de Stefan ZWEIG.

Entregamos el libro para la siguiente sesión BREVÍSIMA HISTORIA DEL TIEMPO de Stephen HAWKING y Leonard MLODINOW.

Respecto de las ideas tratadas en el comentario a CARTA DE UNA DESCONOCIDA de Stefan ZWEIG:

1) El libro ha gustado salvo honrosas excepciones.

2) Ha provocado que se evoquen muchos casos conocidos, algunos tan reales que resultan más inverosímiles que el narrado en la obra. En casi todas las sesiones queda patente que la realidad supera con creces a la ficción.

3) Con todo, consideramos la situación descrita como irreal pero, de nuevo, acordamos que Stefan ZWEIG escribe muy bien. Tanto como para tenernos enganchados con algo tan simple como: chico gusta a chica sin que lo sepa, pasa el tiempo, se enrollan, tienen un hijo sin que el chico lo sepa, pasa el tiempo, ella se prostituye, pasa el tiempo, se enrollan, pasa el tiempo, muere el hijo y finalmente el chico sabe que gustaba a la chica y había tenido un hijo con ella.

4) Se hacen por parte de algunos integrantes del club sutilísimos detalles de porqué una conducta normal como el enamoramiento adolescente termina en consecuencias absolutamente anormales, cuales pueden ser la muerte del padre, el nuevo casamiento de la madre, la fascinación por el hombre mayor, bohemio, escritor, como figura paternal, sin que se requiera el físico, etc., etc.

5) También apuntamos que es un contenido casi folletinesco, morboso para la época en que fue escrito y que imaginamos tuvo un gran impacto. Pero no olvidamos y, repetimos, que nos parece deliciosamente escrito.

6) Reparamos en la dependencia que la protagonista tiene del hombre, al extremo de ser una enfermedad obsesiva.

7) Nos preguntamos sobre el final, si la protagonista muere, si el escritor la busca, si no hace nada, qué sentimientos le produce tanta y tan demoledora información recibida. Zweig no dice absolutamente nada sobre un final que nosotros seguro que lo formaremos de manera muy truculenta.

8) Estimamos que la estructura de la obra, una minúscula introducción a la lectura de una carta y ésta, es perfecta para lo que se quiere narrar.

9) Nos planteamos cuál es el tema de lo narrado: el amor, las experiencias perdidas, la insania de las obsesiones.

10) Imaginamos y nos divertimos sobre qué escribiría Zweig si los reuniese a los dos protagonistas para conocerse, si a ella la convertiría en la prefiguración de la protagonista de Atracción fatal.

11) Tratamos muchas hebras del libro, cuales serían el considerar al hijo sólo como una parte de su amado, la necesidad no tanto de recibir amor cuanto de darlo, los celos que la hieren al verlo con otras mujeres, el desgarro que sufrió al recibir dinero por una noche con él, etc.

12) Especialmente debatimos sobre el hecho de ocultar al escritor que tiene un hijo. Nos polarizamos inmediatamente. Unos consideramos que dada la vida alegre que llevaba el padre lo mejor para todos era que lo desconociese. Otros defendemos que es un derecho absoluto el tener la información relativa a tu vida, que su ocultación impediría la libertad de elección. Debatimos.

13) En la sección "MIS LIBROS":

A) La película actualmente en cines La Duquesa de Saul DIBB.

B) La serie documental Los secretos del universo de Stephen HAWKINGS.

14) En la sección "PETICIONES DEL OYENTE": No dio tiempo a nada.

15) En la sección "POEMA DE CIERRE":

A) Leímos versos de Emily DICKINSO de los que he perdido la referencia. La buscaré para ofrecerla en cuanto lo consiga.

Como siempre, notamos la dirección del Blog para aquellos que reciben esto por correo electrónico:

http://www.clubdelecturazamora.blogspot.com/

Finalmente, no recuerdo, por el momento, nada más sobre la reunión. Como siempre, si alguno tiene que notar, rectificar, subrayar, etc., algo, escribidlo. Este es nuestro foro.

SALUDOS A TODOS

lunes, 18 de mayo de 2009

Amorgós, Una isla griega












La isla de Amorgós es una isla pequeña y desde el siglo tercero, antes de nuestra era, la población -y todo lo demás- no ha hecho más que descender. La isla y sus tres ciudades-estado (en especial Minoa, ciudad mágica escondida en un cerro sobre la bahía de Katapola) fueron uno de los puntales de la civilización cicládica, la de las estatuillas finas que -imitando a Modigliani antes de que naciera- se amontonaban en el islote de Kora (a un tiro de piedra de Amorgós, un mini Delfos, como todo, antes del nombre). Amorgos es la más occidental del grupo de las Cicladas y la más cercana al archipiélago vecino del Dodecaneso, situada al sudeste de Naxos, a 138 millas marinas del puerto del Pireo. Tiene una superficie de 121 Km. y 112 km de costa. Su población era de 1.800 habitantes en 1995. Tiene dos puertos, ambos en la costa, enfrente de Naxos: Katàpola al oeste y Egiali al este. El punto más alto está en el extremo este de la isla, en la cima del Kríkelo (821 m). La capital de la isla es Amorgos, o Khora, situada en el interior, a 320 metros por encima de Katàpola. El Monte Krikellos al este de Egiali culmina a 821 metros. Amorgos ha sido siempre considerada como una «isla estéril». Homero decía de ella que era una «isla desnuda».
Su lugar más conocido es el pequeño monasterio de Khozoviótissa, fundado en el siglo XI, que cuelga en medio de un acantilado a 300 metros sobre el mar, en la costa este y que aparece en la película El gran zul.
Como en todas estas islas el paisaje aquí es rudo, seco y árido en verano. Nada que ver con lo que contaban las crónicas, pues en la antigüedad, Amorgós fue famosa por su aceite de oliva, su vino y sus túnicas. Desde hace un par de siglos lo es también por las mujeres. las túnicas de Minoa eran púrpuras, del color de la cochinilla hervida, y tan finas que parecían transparentes. Vides quedan pocas y olivos menos.

El caso es que la geografía marca y Amorgos siempre ha tenido la única bahía de esa zona del mundo a salvo por completo de cualquier tormenta. Eso, que parecería una bendición, fue en verdad su perdición. Sucesivas oleadas de piratas, de todas las naciones, se han ido cebando constantemente con la isla a lo largo de la historia. Romanos, egipcios, turcos, venecianos y hasta catalanes. Todos se han dedicado a arrasar el islote, lo que le confiere marcado carácter. Los lugareños acostumbraron a esconderse, a no esperar nada bueno de fuera y a vivir una vida concentrada, resistente a los saqueos. Eso, con el tiempo, como suele suceder, se ha convertido en una bendición. Y con todo ello se encuentra el viajero cuando se recala en la isla.

En el ferry de la compañía “Blue Star” que nos trasladó desde el Pireo hasta el puerto de Aegialis en Amorgós, pudimos disfrutar de siete horas de navegación, donde la brisa del Egeo y la suave música que siempre nos acompañó fueron testigos fieles de la travesía, compartida con gentes variopintas: turistas de diferentes nacionalidades, familias al completo, niños y adolescentes, jóvenes con mochilas, hasta un numeroso grupo de popes ortodoxos que abandonaron el barco al llegar a Naxos. Estos sacerdotes llaman poderosamente la atención por sus negras sotanas, por sus gorros cilíndricos, por sus barbas enmarcándoles el rostro, por su actitud beatífica y cordial. El viaje en el barco, en suma, hasta llegar a Amorgós, nos sirvió para descansar y para tomar el pulso social a las gentes de estas islas.


Por fin, ya noche cerrada, recalamos en Amorgós. Nos esperaba un microbús que nos condujo por una empinada carretera hasta el hotel Aegialis Spa. Enseguida comprobamos que algunas de las personas que viajaban en el barco, con las que habíamos compartido momentos en el restaurante, en cubierta y en las salas de descanso, nos acompañaban en el bus. Al llegar al hotel, nos esperaba nuestra anfitriona y responsable del “7º International Meeting of Cultura and Tourism”, Irene Giannakopoulos que, junto al personal del hotel, nos obsequiaron amablemente con viandas típicas y refrescos, al tiempo que nos presentaron, uno por uno, a todos los asistentes procedentes de: Finlandia, Francia, Polonia, Italia, Holanda, Bélgica, Bosnia, Estados Unidos, Portugal, al grupo de los ocho españoles. Junto a Irene, Ana, guía y compañera, abierta y comunicativa, la que en todo momento atendió cada una de nuestras sugerencias o curiosidades. Hay que destacar la personalidad de las mujeres griegas, su belleza natural, su fuerza, su carácter firme y tierno a la vez. Se muestran resolutas, seguras de sí mismas, tal vez, avaladas por aquél matriarcado de épocas pretéritas, cuyos valores típicos pacifistas avalaban a las sociedades agrícolas, en contraposición con la sociedad patriarcal, cuyos valor principal era la agresividad, a decir de los mitos que narraban los enfrentamientos entre ambas sociedades, cuando a las mujeres se les infligían castigos y éstas luchaban con ahínco por conservar su conducta autónoma. Tal vez, a las mujeres griegas de hoy les sobran arrestos para enarbolar el poder que se les arrebató y por eso se muestran en la actualidad, como verdaderas diosas del siglo veintiuno

La primera visita fue al Monasterio de Panagia Hozoviostissa, uno de los más impresionantes de Grecia y una de las más antiguas construcciones de las Cícladas. Fue fundado en 1017 por el emperador bizantino Alejo I Comneno, siendo restaurado por el mismo en 1.088. Cuentan que el monasterio se creó para salvar un icono de los iconoclastas, por una mujer muy piadosa, natural de Khozova, una ciudad de Tierra Santa todavía no identificada. Está construido literalmente en el flanco de un acantilado, a 300 metros sobre el mar. Su ancho, por un lado no tiene más de cinco metros y lo más estrecho 1,50. Medidas que contrastan con la grandiosa y espectacular fachada, blanquísima, que parece adosada al farallón. La capilla fue instalada en una de las infraestructuras de la roca. Tournefort, en su Voyage d'un botaniste (1700) dice que «parece de lejos un armario aplicado hacia abajo de una roca espantosa, cortada naturalmente a plomo». Se estima que un centenar de monjes podían alojarse aquí. En 1989, no había más que dos. Después de las evoluciones políticas de Europa del Este, numerosos jóvenes monjes de origen ruso se han instalado en Amorgos, como en otros monasterios de Grecia. El monasterio, cuyos muros son de una extremada blancura, tiene el aspecto de una fortaleza y está declarado por la Unesco, Patrimonio de la Humanidad. Para acceder al mismo hay que salvar 300 escalones.

Los numerosos pueblecitos que visitamos, de casas blanquísimas, son todas de corte sencillo y de una o dos plantas. Las puertas y las ventanas están pintadas de azul añil, como en Túnez, –dicen- para ahuyentar a los insectos. Todos estos pueblos se hallan esparcidos sobre el paisaje montañoso y divagar por sus calles, todas escalonadas y muchas de ellas pintadas de cal como las casas, con motivos florales, resulta un espectáculo deslumbrante, por su sencillez y belleza al mismo tiempo. Algunos establecimientos de bares o restaurantes dejaban escapar de su interior música de jazz o ritmos griegos. Las tiendas con artesanía popular y pequeños recuerdos exhibían sus escaparates intentando llamar la atención aunque en esta época primaveral, el turismo todavía no ha hecho su presencia en la isla. Se puede saborear el café griego, bien cargado y sin azúcar: “ Póla varis kai óki”, o el café muy hervido y dulce, “Glikibrastós”. La taza pequeña para tomar el café se llama “Flitsanáki”, y la cucharilla es “Kutaláki”. Al momento de hervirlo, se forma una capa espesa de espuma que identifica al verdadero café griego, y que se denomina “Kaimáki” Todo hay que decirlo. El café que se toma en Grecia, al menos en Amorgós, es el más caro de Europa. Dos ochenta euros, o tres, depende del lugar. Aprendimos a decir: parakaló (por favor) y efcharisto (gracias). Hay que reconocer que el idioma ofrece serias dificultades.
Transitar por Amorgós, es subir o bajar, cruzarse en el camino con hombres rudos o mujeres ancianas, vestidas de negro y con sus pañuelos cubriéndoles el cabello, blancos y rematados con encaje del mismo color. Muchas de estas mujeres recuerdan a las de nuestros pueblos allá por los años cuarenta o cincuenta, a las que la moda no les afectaba para nada y pasaban la vida con un atuendo para los días de labor y otro que se reservaba para los domingos y fiestas de guardar. Algunas, incluso, hasta conservaban, como oro en paño, el que les serviría de mortaja. Las chicas jóvenes, sin embargo, en nada difieren de cualquier chica de España, Portugal o Francia, ni por la vestimenta ni por los rasgos, tan mediterráneas, tan abiertas y comunicativas. También pudimos admirar algunos molinos, semejantes a los de Mikonos, pero al contrario que éstos que se encuentran al borde del mar, los de Amorgós se ubican en lo más alto de la montaña donde el viento azota de tal forma que hay que pisar el terreno con fuerza para no ser derribado.
En Grecia y en Amorgós, todo es paisaje, todo es naturaleza deslumbrante donde el mar Egeo y el cielo compiten con su azul brillante. Los montes preñados de primavera nos ofrecían una alfombra floral donde enormes margaritas y brillantes amapolas nos salían al paso. Y en medio de este espectáculo, caminando en hilera por caminos y vericuetos sobre las laderas de los montes, accedimos a un interesante yacimiento en el que se trabaja para reconstruir una torre del año 35 a de C. Una torre que sirvió de vigía y defensa contra los piratas. Nos acompañó Lila Marangou, Arqueóloga y profesora de la Universidad de Ioannina, que, como las demás mujeres con las que convivimos en estos días, mostraba gran personalidad y potente voz. No permitió, en ningún momento, ni que fotografiáramos el yacimiento ni a ella misma. Al parecer, todavía no se ha abierto al público.

Y así fueron pasando los días, inmersos en mar azul y viento, compartiendo antiguos oficios como la molienda del sésamo en un artesanal molino de granito, desgastado por el uso de siglos, su mezcla con miel, el amasado y la posterior elaboración, hasta deleitar nuestro paladar con su dulce sabor. No se puede pasar por alto la gastronomía de Amorgós, riquísima en vitaminas, donde las ensaladas son protagonistas, así como los pescados y los pinchitos de cerdo, ternera o pollo, todo aderezado con exquisitos condimentos.

Siete intensas jornadas para participar de oficios religiosos en las pequeñas iglesias junto a los fieles, escuchando los cánticos, en griego y en latín, por los sacerdotes ortodoxos, degustando el pan que se ofrece a cada asistente al terminar la ceremonia, a la salida de la iglesia, tocando las campanas, si se desea, allí ante la expectación de los fieles, procesionando por el campo por las mismas sendas que abren los caminos de la fe. Fueron muchos los momentos en los que pudimos recuperar la fe y la inocencia ante la contemplación de la Fe con mayúsculas, esa fe que emana de la gente sencilla, de la que, por desgracia, queda tan poca.

Y además, las charlas amables, las conferencias y los documentales de los diferentes países participantes. Incluso pudimos ver el documental “Peter and the Wolf” al que este mismo año fue galardonado con un Oscar en Hollywood. Su autor, el polaco Zbigniew Zmudzki fue el encargado de presentárnoslo. Un encuentro donde se puso de manifiesto el buen hacer de los países participantes, su arte y su cultura y, fundamentalmente, el cine religioso, todo ello enfocado a un turismo culto y sensible que sabe apreciar, además de las bellezas naturales de los diferentes lugares, su legado cultural y artístico.

Amorgós, una isla perdida en el Mar Egeo, casi virgen, todavía sin explotar. Un placer para los sentidos.

jiuston, jiuston,tengo un problema


Me encuentro en mi agujero negro, quiero comunicarme con mi gurú Roberto y no sé cómo para decirle que muy muy muy a mi pesar no puedo llegar este lunes 18, pero que daré la vara para seguir con el club, a pesar de mis ausencias. Hasta enseguida.cristi.

jueves, 14 de mayo de 2009