miércoles, 21 de enero de 2009

Sobre la violencia


Hola amigos:
Yo también me he preguntado cómo se desarrolló la construcción del puente de piedra de Zamora. De hecho he buscado pero no he encontrado apenas nada. La época y poco más. Cabe imaginar, sin embargo, que ocurrirían muchos avatares, mucho sufrimiento, mucha represión, mucho dolor y mucha injusticia.

Y pese a los grandes logros:los grandes avances tecnológicos y sociales, desaparecidas las monarquías absolutas auspiciadas por el antiguo régimen y pese a las consabidas democracias que disfrutamos, poco hemos avanzado. El hombre sigue siendo un lobo para el hombre, ya lo dijo Hobbes, y lo comprobamos cada día y a cada momento.

El libro sobre la violencia es una realidad palpable que percibimos cada cual desde nuestra pequeña atalaya. La violencia se genera desde diferentes frentes que tenemos abiertos; pérdida de valores: de moral y de ética, falta de compasión, indiferencia ante el sufrimiento, (somos ciegos ante la pobreza) no queremos saber lo que ocurre a nuestro vecino, sólo buscamos el éxito (y muý rápidamente), el bienestar, la riqueza. Queremos todo y nuestra actitud genera una filosofía de egoísmo y hedonismo a nuestro alrededor. Incluso desde las instituciones, desde los centros de enseñanza (discriminaciones grotescas entre el alumnado) sean religiosos o no. Los políticos, desde sus pedestales, ven al ciudadano con excesiva suficiencia y éste se siente menospreciado e ignorado lo que provoca odio, agresión frustación.

La verdad es que no alumbran buenos tiempos. Desde mi punto de vista, sufrimos una sociedad decadente que está a punto de extinguirse porque los hombres lo quieren. Muy concretamente, porque el hombre instalado en la civilización occidental, rica, manipuladora y poderosa, no hace nada por hallar el equilibrio entre ricos y pobres.

Para concluir, siento vergüenza de pertenecer a la raza humana y lamento profundamente comprobar lo poco que hacen los gobiernos para erradicar la pobreza en el mundo. Y por ende, la agresión y la violencia. Y no nos engañemos, está en sus manos.

No hay comentarios: