sábado, 28 de febrero de 2009

Casa de muñecas



Ibsen en esta preciosa pieza teatral, "Casa de muñecas" nos lleva a reflexionar sobre las mujeres, cómo no, y su papel en la historia, pero nos induce, sobre todo, a diferenciar el mundo de las mujeres en los diferentes ámbitos sociales en los que se desenvuelven.Evidentemente, no es lo mismo la vida de la mujer, aún estando sometida, aparentemente, al hombre, pero peteneciendo a un estatus social acomodado, que la vida de una mujer, igualamente sometida al hombre pero sufriendo carencias económicas y trabajando sin descanso.

En Casa de Muñecas, Nora es una joven esposa que ha vivido su vida creyéndose incapacitada para decidir cualquier cosa que no fuera su puesta en escena: trajes, fiestas, juegos, etcétera. Se dejó mimar, primero por su padre y, posteriormente, por el esposo. Nora no piensa, Nora no sabe, Nora no decide...Nora es tontita y solo atiende a requiebros y niñerías.

Con estas ideas, no es de extrañar que, todavía, ocurra lo que ocurra en muchos hogares porque pese a lo que hemos avanzado, pese a que las mujeres demuestran cada día su fortaleza, su superioridad, en muchísimos casos, a la del hombre, sin embargo, nos queda todavía mucho camino por andar porque hoy, todavía, muchas mujeres aparentemente despreocupadas y felices, viven un infierno dentro de sus casas. Muchas de ellas se refugian en el alcohol, descubren sus cuitas a sus médicos de cabecera, por ejemplo, y sufren en silencio humillación tras humillación. Estos hombres vieron ya en sus casas el sometimiento de la madre hacia el padre creciendo convencidos de que las mujeres son seres inferiores a los que hay que educar y en muchos casos, "domar y doblegar". Bien es cierto que también hay dos clases de hombres:señores Helemer, educados, cariñosos y complacientes y ese otro tipo de hombre/bestia que maltrata y anula a la mujer.

El tipo de mujer que describe Ibsen, esposa de señor acomodado, gozando de una vida muelle y sin preocupaciones, ajena a cualquier problema social, sin mayores inquietudes que las de vivir holgadamente, contribuye por desgracia a la actitud prepotente y machista de muchos hombres que suelen ver a la mujer como "muñequitas de buen ver", sin criterio alguno y a las que se puede dirigir a voluntad. La diferencia con respecto a otras épocas es que muchas mujeres de éstas lo hacen conscientemente porque les interesa seguir esa vida. El dilema se produce cuando la mujer es consciente de ella misma, como al final de la historia de Nora, y se enfrenta al opresor.

Espero compartaís conmigo esta reflexión.

Concha

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