sábado, 7 de febrero de 2009

Mortal y Rosa (Umbral)




Deslumbrante lectura la que nos deja Francisco Umbral en este libro, casi póstumo, casi "réquiem". Atrás dejamos la altivez, la frescura altanera, la chulería, si se quiere, de aquél Umbral que había ido a la tele para hablar de su libro. Atrás aquél Umbral de los años sesenta y tantos, apenas conocido cuando, en el transcurso de una conferencia en Barbastro, nos dijo a los presentes para definirse: "no sé si soy una gloria del pasado o una promesa del futuro". Prometía mucho entonces Umbral y consiguió ser lo que quiso, aunque su vida, al final le convirtió en aquella gloria del pasado a los que muchos admiraban y otros tantos no, pero la vida es así, nos aman y nos odian, nos envidian y nos detestan.

Mortal y Rosa es un ensayo que roza la perfección, el sueño largo de una vida que se va mostrando en las horas previas, -en el tiempo- en que ronda la muerte.

¿Habéis visto qué suerte de pensamientos? ¿Que meticulosidad al describir un día cualquiera, veinticuatro horas, cada una de ellas, cada minuto, cada segundo...? De ese tiempo que transcurre en esas veinticuatro horas, Umbral se retrata, se desnuda, ama y sufre. Desmenuza la vida como si tuviera que rendir cuenta de ella, de cada átomo que se mueve, de cada partícula de emoción, visión, pensamiento o sentimiento.

Umbral es ese hombre, hermético, antipático y hosco en apariencia, pero también frágil y vulnerable como una vara inmersa en el agua del río y sujeta a las corrientes. El Umbral de "Mortal y Rosa", mientras deja que transcurra el tiempo se describe con una mezcla de melancolía y ensoñación. Hay un regusto amargo que encuentra en su rostro ya marchito, en sus pómulos "todavia altos", en su cuello, en sus manos, en sus canas. La soledad se le apodera y él se apodera de la soledad para demostrar a sus lectores la asombrosa facilidad para describir lo que acontece en el entorno, en el suyo: desde ese despertar vigoroso, "antropoidal", la visión de la "esfericidad" de la joven que camina ante él y es capaz de seguirla durante horas, hasta lo nimio y cotidiano de uno mismo, en lo que todos nos ensimismamos. La vida, por insignificante que nos parezca, puede cobrar carácter de pieza literaria, cuando es narrada por la magistral pluma de Umbral. Sólo hay que estar atentos.

Umbral fue ese hombre triste, inmaduro en su madurez, tembloroso y tierno, que nos tendía la mano permanentemente para que se la tomáramos.


Mortal y Rosa lo retrata y nos retrata a cada uno de nosotros, nos llena de emoción y de complicidad porque, a cada frase, a cada palabra, a cada pasaje, nos descubre lo que somos, lo que nos parecemos, lo que vivimos cada día, cada hora, cada momento, en un día entero. Lo que elucubramos, lo locos que nos parecemos. Lo que nos parecemos los unos a los otros.

Una y otra vez vuelve a la infancia, a la de su hijo, perdido por una fiebre. Nos vuelve una y otra vez al niño o niña que fuimos, a los temores, a las angustias, a las emociones, al susurro del viento y del beso, y del amor y de la soledad.

Un maravilloso libro.

1 comentario:

julia dijo...

Apasionante y conmovedora la lectura de Los límites del perdón.Las imágenes del video me llenaron de pena,que pensaría Umbral de aquellos niños indefensos,el, que nos ha hablado con tanta ternura, de su niño, de todas los niños.Nuestros ojos nunca deben acostumbrarse a ver el sufrimiento,ni tampoco dejar de sorprenderse por lo sencillo,la brisa del aire los colores del cielo.
Leí tu informe,donde acabará todo esto CRISIS GLOBAL y aquí...
Buena idea enviarnos el Requiem de
Mozart.
Mortal y Rosa, que puedo decir con lo bien que lo has dicho tu, me ha emocionado y sorprendido su sensibilidad, más aún siendo un hombre,hacemos juicios sin conocer a las personas me trasmitía altivez y más cosas que ya no procede decir,todos estamos influenciados por las mentiras de nuestras impresiones,él, encontró la única verdad en su hijo,creo que el tendría treinta y ocho años cuando murio,y el paso del tiempo le cercioró en esa idea.
Gracias Roberto, por poner en mis manos este libro, y comentarlo por que no decirlo muy bien .