jueves, 19 de febrero de 2009

Sobre "El banquete" Platón



Sobre el libro de Platón, "El banquete", creo que es fundamental, para comprender su significado, introducirse en las costumbres de la época sobre aspectos como la homosexualidad, la pederastia y la función que desarrollaban las mujeres y cómo estaban consideradas.

Buscando en internet he encontrado estos textos que pueden aclararnos algo.

"Los participantes en el banquete eran aristócratas elegantes. En esos círculos supervirilizados, se despreciaba a la mujer como portadora de virtudes morales e intelectuales y la relación sexual no se consideraba espiritualmente enriquecedora; por ello, la procreación con la mujer era inferior a la capacidad de engendrar saber con “discursos vivos” que fecundasen los espíritus con la simiente del saber.
La escasa o nula participación de la mujer en la vida social, la natural concentración de la atención en el objeto más cercano, la exaltación de la amistad, la pesimista estimación de la generación biológica y el esnobismo filolacóico propio de las aristocracias explican la valoración positiva de de las relaciones homosexuales en los diálogos platónicos.
Todos los participantes de la reunión, excepto Aristófanes, dan por sentado la superioridad del amor homosexual, y según se dice en otros diálogos, existen relaciones entre ellos: Fedro está unido a Erixímaco; Pausanias y Agatón forman pareja; Alcibíades se siente atraído por Agatón y cuenta los pasos que dio para seducir a Sócrates sin éxito; Sócrates muestra cierto grado de atracción por Agatón; Aristodemo era el amante de Sócrates en la época del Banquete; Sócrates confiesa practicar las cosas del amor y Alcibíades se queja de que cuando Sócrates está cerca, nadie se puede acercar a los bellos mancebos.
Sin embargo, al contrario de lo comúnmente extendido y aceptado, este tipo de relaciones no tenían el mismo tipo de consideración en todas las regiones griegas, así que en zonas como Jonia se condenaba la homosexualidad, en la Élida y Beocia se le daba rienda suelta, en Atenas no siempre estaban bien vistas, en Esparta solo se incluían en ritos de iniciación a la adultez y virilidad …
El erastés o enamorado podía perseguir al objeto del deseo, mentir e incumplir juramentos; el objeto de la pasión, erómenos o tá paidiká era vigilado por su familia y la sociedad. Solo cuando la calidad del amante lo merecía y se deducían beneficios educativos para el muchacho de esa relación, se permitían; por lo que lo normal era que dichas relaciones se estableciesen entre hombres de edades muy distintas pero siempre de la misma clase social, la alta, pues era la que accedía y tenía la posibilidad de transmitir la cultura (las relaciones con esclavos no estaban bien consideradas en público). El erómenos, una vez iniciado en la virtud por su amante, se esperaba, en su adultez, que invirtiera los papales e impartiera los beneficios del eros pedagógico en algún apuesto mancebo.
Aunque Aristófanes se mostraba contrario a la homosexualidad (iguala pederastia, tribadismo y heterosexualidad), en sus comedias, ambientadas en el s. V, los personajes heterosexuales no vacilaban en satisfacerse con “lo que tengan más a mano”; es decir, por concesión del ambiente (la sociedad era permisiva con los caprichos del sexo) ensalzaba la homosexualidad masculina, sin embargo, sobre el homosexual pasivo, sobre todo el que se prostituía, recaía el mayor de los desprecios, pero el que alternaba mujeres y mancebos no. Con respecto a este personaje y el papel que representa en ella, Platón se “venga“ de él por medio de la burla como veremos más adelante (si os intriga podéis consultar su obra Las nubes y su papel en la condena a muerte de Sócrates).

Mi apunte:
Con respecto a la propia lectura del libro, podría decirse que, si bien la propia trama resulta interesante por el tema, se nos presenta un poco densa y pesada por el estilo literario, casi teatral, que utilizaban los clásicos en aquella épcoca. El lector se pierde en definiciones abstractas y en la propia dialéctica de los narradores que intervienen como protagonistas. Estamos acostumbrados a otros estilos literarios, mucho más simples y sin tanto circunloquio.

Concha

1 comentario:

Anónimo dijo...

BUUUENISIMA CRITICA ME ENCANTO FUISTE MUY CLARA Y ACERTIVA USASTE PALABRAS ADECUADAS YA QUE SE ENTENDIO MUY BIEN TODO! GRACIAS